Yo También Quería Un Blog

Preocupada por desempeñar bien mi tarea el día de mañana, consulté a mi hermano menor acerca de los profesores en su escuela. Que a quién respetan más, que cuál es la clase que más disfrutan...
Me contó una anécdota en la cual al profesor de lengua le habían escrito en el pizarrón “gracias por tanto”, pero lejos de un sincero agradecimiento, se trataba de una burla. Ante mi pregunta sobre la reacción de éste, él me contestó que el docente, antes de borrar el pizarrón, escribió en letra bien chiquita: de nada.
Amen de recomprobar que los adolescentes son difíciles sin excepción de mi hermano, quien me sugería que diera las clases “como si todo me chupara un huevo” sin tratar de hablar con los alumnos de otro tema que no fuera la materia, descubrí también que a veces es muy frágil el límite entre ser un boludazo o ser un capo total.