26.2.04
Más tristeza
Esta mañana en el subte. La mujer: una morocha teñida de rubio con raíces oscuras a la vista, entrada en años y leyendo una de esas novelitas románticas/eróticas tipo corín tellado. La niña: una adolescente morocha, con el cabello recogido y la cara regordeta llena de dulzura e inocencia.
Alguien se levantó y dejó un lugar entre la mujer teñida y otra persona que la "gordita" ocupó tímidamente.
Al otro lado de la mujer teñida, había espacio como para que se corriera, pero no.
La gordita apenas cabía entre la mujer y la otra persona y no podía siquiera apoyarse en el respaldo.
La mujer la miró con odio y fastidiosa, se corrió casi con asco hacia el costado libre para continuar con su apasionante lectura ...
Yo tuve ganas de llorar, tantas, que decidí bajarme antes para recuperarme con el aire fresco de la calle.
Alguien se levantó y dejó un lugar entre la mujer teñida y otra persona que la "gordita" ocupó tímidamente.
Al otro lado de la mujer teñida, había espacio como para que se corriera, pero no.
La gordita apenas cabía entre la mujer y la otra persona y no podía siquiera apoyarse en el respaldo.
La mujer la miró con odio y fastidiosa, se corrió casi con asco hacia el costado libre para continuar con su apasionante lectura ...
Yo tuve ganas de llorar, tantas, que decidí bajarme antes para recuperarme con el aire fresco de la calle.
Comments:
Publicar un comentario
